Hoy en día somos muy conscientes de que tenemos que proteger a nuestros hijos de la radiación solar en la piel, pero no en los ojos, ya que solo un 2% de la población infantil usa gafas de sol. Esto es debido al desconocimiento del efecto solar del sol, en los ojos de los niños.
El 90% de la radiación UV llega a nuestros ojos repartiéndose por las diferentes estructuras oculares. Todo lo que la córnea y el cristalino no absorben, pasa y termina en la retina. Esta radiación puede causar efectos irreversibles que desembocan en patologías oculares, debido a la acumulación de la exposición constante y prolongada de la luz solar, como la fotoqueratitis y ojo seco e incluso en edad adulta, las Cataratas y la Degeneración Macular Asociada a la Edad ( DMAE ). Antes de los 18 años, los ojos reciben el 80% del total de la radiación solar que daña nuestra visión, pudiendo crear melanomas oculares, los cuales se pueden prevenir hasta un 85% utilizando gafas de sol que filtren el 100% UV.
El cristalino no termina de desarrollarse hasta los 12 años, cuando se vuelve más opaco y empieza a actuar con eficacia, por ello la importancia de proteger los ojos, sobretodo en edad infantil. El cristalino deja pasar el 90% del UV en los niños de 0 a 1 año, y el 60% en los niños de 1 a 12 años, ya que los rayos UV son especialmente dañinos para los párpados, córnea y cristalino.
Además, cuánto más pequeño es el niño, más grandes son sus pupilas, dejando entrar una cantidad de luz mucha mayor.
España es un país con un nivel moderado 3 de índice de radiación solar, por lo que los expertos recomiendan siempre que exista una educación y concienciación sobre la importancia del uso de gafas de sol, desde la infancia. Ya que hay investigaciones que confirman que nuestros ojos son hasta 20 veces más sensibles que la piel.